lunes, 26 de abril de 2010

La Cita es en las Calles este 1ro de Mayo!

 

“Porque nuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible que no hace acepción de personas ni acepta soborno. El hace justicia al huérfano y a la viuda, y muestra su amor al extranjero dándole pan y vestido. Muestren, pues, amor al extranjero, porque fueron extranjeros en la tierra de Egipto.” Deuteronomio10: 17-19

 

 

Que la bendición de Dios, que es Madre y Padre, sea con cada uno de ustedes. Confió en que al leer estas letras se encuentren bien, y fortalecidos/as en las luchas que contribuyen a la construcción del cielo terrenal. Reciban de su hermana, compañera y pastora saludos calurosos.

En el día de hoy, he querido compartir con ustedes una pequeña reflexión de lo que esta aconteciendo en los Estados Unidos en torno a la reforma migratoria y la ley anti-inmigrante en Arizona, la SB1070.

Quienes creemos y trabajamos en la construcción de un mundo nuevo y mejor, con personas nuevas y mejores, debemos de entender la conexión entre la condición de inmigrante y las políticas externas neoliberales y guerristas del imperio estadounidense. Y en base a este entendimiento demandar una reforma migratoria relevante y la legalización de nuestros/as hermanos/as indocumentados para la restauración de la justicia. 

La historia de nuestros pueblos nos demuestra que el desarrollo del imperio estadounidense, se ha basado en invasiones militares, la colonización, la explotación de personas y recursos, y el posicionamiento de  dictadores y gobiernos títeres y corruptos en nuestros países de origen. Por tanto, es necesario denunciar que el imperialismo es la razón del subdesarrollo de nuestros países en Latino América, Asia y África. A lo interno, el imperio estadounidense es responsable y a trabajado para el enajenamiento y el subdesarrollo de poblaciones pobres, negras, latinas, indígenas, homosexuales/lesbianas, jóvenes, inmigrantes, y demas. ¿Con que propósito?  El propósito es el único que mueve a una maquinaria capitalista e imperialista- el control de los medios de producción a través del expansionismo, la opresión y la explotación de personas y recursos. El propósito es  el controlar las posibilidades de desarrollo y la vida misma de la clase trabajadora que se mantiene en su país de origen, y tambien de la que no tiene mas opciones que emigrar.

Las políticas externas neoliberales y guerristas de los EEUU- como lo son los tratados de libre comercio, el Plan Colombia, y el Plan Mérida de México entre otros- han resultado en el desplazamiento de comunidades, en el quebrantamiento de economías de países en Latino América, en la criminalizacion de los sectores populares, la persecución de dirigentes, y hasta el derrocamiento de gobiernos elegidos democrática y popularmente (ejemplos son Haití y Honduras).  Creando así un camino pavimentado con las esperanzas, las posibilidades,  las opciones, los sueños y las migajas de los recursos robados de nuestros pueblos trabajadores. Este camino nos ha conducido hacia el Norte, los EEUU. Así, nos hemos convertido en inmigrantes, buscando rescatar un poco de lo mucho que se nos ha robado.


Se ha hablado mucho de reformas migratorias durante las pasadas campañas presidenciales. Tanto el partido demócrata como el republicano ha jugado con el pueblo. Con el ex presidente estadounidense, George W. Bush era claro que el tema de la reforma migratoria no era una prioridad para su administración. Sin embargo, con el actual presidente, Barack Obama podemos claramente diagnosticar  que “quiere estar con Dios y con el diablo.” O sea, en su retórica siempre “reconoce la importancia de llegar a una reforma migratoria justa”, pero en la practica no se refleja ni una cuarta parte de lo que él dice reconocer.  Y mientras tanto, continúan las redadas y deportaciones masivas, la criminalizacion, la violación de los derechos humanos y civiles de trabajadores/as inmigrantes, la separación de familias, el acoso y la encarcelación de familias completas. Mientras estos partidos juegan a pasarse la pelota, y el presidente Obama investiga el caso, ¿quiénes sufren? Sufren quienes viven bajo leyes obsoletas, inhumanas e inmorales que no responden al pueblo y sus necesidades. Leyes que por su burocracia hacen casi imposible la legalización y la petición de familiares. Leyes como la actual ley de Arizona- SB1070- que promueve y permite el perfil racial, el acoso y la criminalizacion de inmigrantes documentados/as e indocumentados/as.  Esta ley es una afirmación de que a lo interior del imperio reina una política anti-inmigrante y racista. Bajo la SB1070 las autoridades podrán arrestar sin orden judicial y/o motivos. Con esta ley se criminalizan a quienes se solidaricen con cualquier inmigrante indocumentado/a. De esta forma, esta ley pretende convertir a la población – desde la madre que recibe a su hijo indocumentado hasta los sacerdotes/sacerdotisas que acompañan a una cita medica a una miembra de su congregación- en vigilantes del sistema.

A la luz de esta realidad, como creyente de la practica Cristiana busco en los textos bíblicos la reafirmación, y las fuerzas para luchar y resistir. Encuentro en mi búsqueda, que el tema de la emigración e inmigración se encuentra en varias de las escrituras Bíblicas, y siempre interlazado con actos de hospitalidad radical. Las escrituras bíblicas son testimonios de las realidades de seres humanos - la historia errante de Sara y Abrahán, de Isaías, de Jacob, del Samaritano y hasta de Jesús, entre otros/as- quienes por razones sociales, políticas, económicas y/o religiosas emigraron de sus países de origen buscando las posibilidades que les fueron robadas por medio de procesos imperialistas y de colonización.  En el relato de estas experiencias humanas, encontramos la promesa de que Dios “hace justicia al huérfano, a la viuda y muestra su amor al extranjero dándole pan y vestido.” Pero con esta promesa, también se nos reta de manera personal y colectiva. O sea, Dios no puede resolver por si sola un problema inventado por algunos/as seres humanos en base a sus intereses diabólicos. Dios no creó las leyes inhumanas que criminalizan. Dios no creó las detenciones y las deportaciones. Dios no creó fronteras geopolíticas.  Dios no creó la “ilegalidad” de ningun ser humano. Es nuestra responsabilidad recordarle a los lideres de esta nación que sus políticas xenofobicas y racistas no proceden, pues ellos/as fueron tambien extranjeros en estas tierras del continente Americano. El reto para nosotros/as es asumir nuestra responsabilidad- mostrar amor y solidaridad.  ¿Cómo mostramos amor y solidaridad?


Nuestros tiempos demandan de cada uno/a de nosotros/as acciones que contribuyan a la creación de la paz con justicia.  ¡Levantémonos! “Si la lucha es el presente, el futuro es nuestro.”

Luchemos en contra de las políticas externas neoliberales y guerristas que desestabilizan la soberanía y el desarrollo de nuestros países.  Rescatemos el Día Internacional de los/as Trabajadores marchando este sábado, 1ro de mayo.  Demandemos (1) que cualquier reforma migratoria generada sea relevante a nuestras realidades, haciendo la conexión entre las políticas externas de este país y la inmigración forzada de mas de 12 millones de personas que residen en los EEUU; (2) que se ponga fin a la implementación de la ley SB 1070 ¡ahora!; (3) que cesen las relaciones de los recintos de policía locales con el departamento de seguridad nacional/ICE; (4) que cesen las redadas y deportaciones masivas; (5) y la legalización de los mas de 12 millones de hermanos/as indocumentados/as que viven y trabajan beneficiando el crecimiento de esta nación.

 Mis queridas/os hermanas/os, los esperamos el 1ro de Mayo en las calles, orando con los pies por la construcción del cielo terrenal. Las concentraciones serán a las 10am en la calle 168 y Broadway en el Alto Manhattan, y en el Bajo Manhattan a las 11am en el 26 de Federal Plaza, y a las 12 p.m. en Union Square – la calle 14.  ¡No te quedes! Muestra el amor que el Dios de paz con justicia demanda de ti.

 

¡Que Diosa nos bendiga en esta lucha por los derechos humanos! 

Claudia De La Cruz, Pastora